SIN RUMBO

Vamos sin paradero como todas las cosas,
tropezando en los cuerpos de minutos vacíos;
nos oprime el fulgor más actual de las rosas
y el faraón vehemente que oprimió a los judíos.

Enloqueció la noche al saberme contigo,
luego besó la estatua del ángel congelado.
El resto de la historia quedó en el tibio abrigo
del girasol que brilla en mi verso extenuado.

Al norte de mis ojos brillan menos las lunas,
allí es directa y simple la torpe humanidad;
nace en la incertidumbre de solitarias cunas
y nadie se adjudica su patria potestad.

De niño hice trabajos en madera labrada
y cubrí ciertas partes con azul terciopelo.
Hoy mi navaja blanca por el tiempo afilada
esculpe otras figuras en pedazos de cielo.

Se va poniendo el sur... de un brillante más claro,
mientras lluvias irrigan la fiebre de la mente.
Todo principio ha sido; frígidamente raro,
tímidamente gris, y ásperamente hiriente.

Se quema la mañana de mi angustiada aurora,
nadie puede salvar su cuerpo de neblina.
El abdomen de nubes y sombra protectora;
hoy con ardientes rayos me busca y asesina.

Hemos perdido todo sin renunciar a nada;
lo nuestro fue combate de esfuerzos infinitos.
Porque yo fui tu adepto y tú mi eterna aliada
jamás abandonamos nuestros mutuos circuitos.