LAS ALMAS SON SIMPLES MARIONETAS

Todo el mundo tiene miedo de las armas y yo no entiendo el por qué. Hombre, todos sabemos que si estallase una Tercera Guerra Mundial, la siguiente guerra sería con piedras, pues hemos avanzado tanto en tecnologías armamentísticas que una guerra de esa magnitud, arrasaría con todo.

Sin embargo, no dejo de preguntarme por qué temer algo cuando el temor debería ser a alguien. Las armas por sí solas no son nada, son marionetas inertes que dependen de su titiritero para ser manipuladas.

No son ellas quienes tienen espíritu y maldad, no son ellas quienes provocan guerras, ni conflictos, no son ellas quienes deciden a quién arrasar o a quién defender. Sólo son la mano de obra que ejerce la destrucción. Pero nunca el cerebro de la operación. No son más que esclavas, peones a merced de ser utilizadas por manos corruptas.

Así que cuando busquemos culpas, miremos quién se mancha las manos, no qué emplearon para ello. Porque ¿verdad que no decimos que un coche sea un arma? Y sin embargo arrebata millones de vidas. Y como éste, se podrían enumerar miles de ejemplos.

Además, debemos buscar al causante, no la causa, que muchas veces justificamos los medios para alcanzar nuestros objetivos. Que en la mayoría de ocasiones, esos medios son injustificables. A veces ni nuestras metas son tan necesarias, ni son más importante que lo que dejamos atrás mediante los medios empleados.

A todo esto, no soy defensor de la armas ni estoy a favor de ellas, pero como he dicho, no son el causante de los males. Los verdaderos problemas los ocasionan las personas y sus emociones; ya sean estas por odio, avaricia o envidia. Así que reflexionemos y analicemos las causas y como en esto, en el resto de problemas que nos ponen tanto la vida como las personas.